Homilía del Papa León XIV con los cardenales electores en acción de gracias por la elección del sucesor de Pedro.
Ciudad de Guatemala 00 de mayo de 2025. Al dia siguiente de haber sido elegido, justamente este de mayo, el nuevo Papa León XIV, presisió la Santa Misa con los cardenales electores en acción de gracias por la elección del sucesor de Pedro. La liturgia eucarística se celebró a puertas abiertas en la capilla Sixtina, que fue el lugar en el que a puerta cerrada los cardenales se reunieron y realizaron las congregaciones generales de votación para la elección del nuevo Pontífice.

Tres lecturas y un salmo concentraron el mensaje central de la Misa y del mensaje que a modo de reflexión mostró e iluminó el acontecimiento y el camino a seguir. La primera lectura fue del libro del Apocalipsis del Apóstol San Juan 9b-14. sobre la nueva Jerusalem que Brilla por la presencia de Dios. La misa fue leída en idioma Inglés.
A la primera lectura del libro de las revelaciones le siguió el salmo 97 que canta la alegría del Reino glorioso, por las misericordias del Señor. A continuación fue leída la segunda lectura que fue tomada de la primera carta del Apóstol San Pedro. En este texto Pedro el apóstol recuerda a los cristianos que cada uno es piedra viva, que cristo es la piedra angular que no defrauda y piedra de choque para quien desprecia la Palabra. Que en cambio los cristianos son pueblo escogido por Dios para que anuncie las proezas de aquel que los llamó de las tinieblas a la luz.

Finalmente fue proclamado el Evangelio de San Mateo 16,13-19. Texto en el que Jesús pregunta quien dice la gente que es El a lo que Pedro responde Tu eres el Mesías, le hijo del Dios vivo. Ante esto Jesús afirma ante Pedro, Tu eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia y los poderes del infierno no prevalecerán para luego darle las llaves del cielo y de la tierra.
La homilía fue deshilando las lecturas que iluminaron el cierre de la etapa del Cónclave en en el que el Cardenal Robert Prevost fue elegido Papa tras la muerte del Papa Francisco. Habiendo escogido el nombre de León XIV, conectando el tiempo del cardenal Vincenzo Raffaele Luigi Pecci, Papa León XIII, que fue el Pontífice entre 1878 y 1903.Y que fue el gran defensor de la clase obrera.
El actual Papa León XIV inició su homilía con la respuesta del Apóstol pescador: «Tu eres el mesías el hijo del Dios viviente». De este modo el nuevo sucesor de Pedro recordó: Con estas palabras Pedro, interrogado por el Maestro junto con los otros discípulos sobre su fe en Él, expresa en síntesis el patrimonio que desde hace dos mil años la Iglesia, a través de la sucesión apostólica, custodia, profundiza y trasmite. Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios vivo, es decir, el único Salvador y el que nos revela el rostro del Padre.
Inmediatamente citó el concilio Vaticano II añadiendo: En Él Dios, para hacerse cercano a los hombres, se ha revelado a nosotros en los ojos confiados de un niño, en la mente inquieta de un joven, en los rasgos maduros de un hombre (cf. CONCILIO VATICANO II, Const. pastoral Gaudium et spes, 22), hasta aparecerse a los suyos, después de la resurrección, con su cuerpo glorioso. Nos ha mostrado así un modelo de humanidad santa que todos podemos imitar, junto con la promesa de un destino eterno que, sin embargo, supera todos nuestros límites y capacidades.
León XIV dijo que: Pedro, en su respuesta, asume ambas cosas: el don de Dios y el camino que se debe recorrer para dejarse transformar, dimensiones inseparables de la salvación, confiadas a la Iglesia para que las anuncie por el bien de la humanidad. Nos las confía a nosotros, elegidos por Él antes de que nos formásemos en el vientre materno (cf. Jr 1,5), regenerados en el agua del Bautismo y, más allá de nuestros límites y sin ningún mérito propio, conducidos aquí y desde aquí enviados, para que el Evangelio se anuncie a todas las criaturas (cf.Mc16,15).

Refiriendose a la misión recibida dijo que Dios le habia confiado ese tesoro para que la Iglesia «arca de salvación que navega a través de las mareas de la historia, faro que ilumina las noches del mundo» a modo que la Iglesia sea cada vez más la Iglesia puesta sobre el monte.
Describiendo el mundo adverso actual dijo: Este es el mundo que nos ha sido confiado, y en el que, como enseñó muchas veces el Papa Francisco, estamos llamados a dar testimonio de la fe gozosa en Jesús Salvador. Por esto, también para nosotros, es esencial repetir: «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo» (Mt 16,16).
Finalmente atando el nudo de la continuidad con el Papa Francisco que tuvo presente a San Ignación de Antioquia, el nuevo Papa recordó la prioridad de la Iglesia de Roma de presidir en la caridad al decir: Lo digo ante todo por mí, como Sucesor de Pedro, mientras inicio mi misión de Obispo de la Iglesia que está en Roma, llamada a presidir en la caridad la Iglesia universal, según la célebre expresión de S. Ignacio de Antioquía (cf. Carta a los Romanos, Proemio).
Finalmente recordó el sacrificio que el ministerio petrino implica al recordar el sacrificio del martirio: Él, conducido en cadenas a esta ciudad, lugar de su inminente sacrificio, escribía a los cristianos que allí se encontraban: «en ese momento seré verdaderamente discípulo de Cristo, cuando el mundo ya no verá más mi cuerpo» (Carta a los Romanos, IV, 1). Hacía referencia a ser devorado por las fieras del circo —y así ocurrió—, pero sus palabras evocan en un sentido más general un compromiso irrenunciable para cualquiera que en la Iglesia ejercite un ministerio de autoridad, desaparecer para que permanezca Cristo, hacerse pequeño para que Él sea conocido y glorificado (cf. Jn 3,30), gastándose hasta el final para que a nadie falte la oportunidad de conocerlo y amarlo.
Esta es la primera homlía íntegra del papa León XIV que puede leer, descargar y compartir.