
Ciudad de Guatemala 08 de mayo de 2025. En la quinta votación los cardenales reunidos en la Capilla Sixtina eligieron al Cardenal Robert Francis Prevost procedente de Chicago Estados Unidos, pertenece a la orden de los Agustinos Recoletos y tom+o el nombre de Leon XIV que da seguimiento al gran Papa de la paz y la justicia y los derechos de los trabajadores con la enciclica Rerum Novarum del gran Papa León XIII.
El Cardenal Robert Prevost fue misionero en Perú al sur de Amperica Latina. Apareció frente a la plaza vaticana con gran serenidad saludó a los feligreses que lo esperaban. Sus primeras palabras fueron un llamado a la paz en seguimiento del papa Francisco a quien agradeció. El Papa Francisco un dia antes de morir bendijo al mundo e hizo un valiente llamado por el fin de las guerras y por la paz. Saludo con afecto a la diocesis de Roma de que es obispo y saludo a su diocesis originaria. Habló en Español para el mundo hispanohablante. Es el primer estadounidense que llega al papado y es el segundo americano despues del Papa Francisco. Tiene 69 años de edad.Nació el 14 de septiembre de 1955 y es el Papa número 267.

El nuevo Papa nació en Chicago (Illinois), es hijo de Louis Marius Prevost, de ascendencia francesa e italiana, y de Mildred Martínez, de ascendencia española. Tiene dos hermanos, Louis Martín y John Joseph.
El Cardenal Cardenal Rober Prevost era el Prefecto del Dicasterio de los obispos, nombrado por el Papa Francisco. En octubre de 2013 regresa a su provincia agustiniana, en Chicago, y fue director de Formación del Convento de San Agustín, primer consejero y vicario provincial; cargos que desempeñó hasta que el Papa Francisco lo nombra, el 3 de noviembre de 2014, administrador apostólico de la diócesis peruana de Chiclayo, elevándolo a la dignidad episcopal como obispo titular de Sufar. Ingresó en la diócesis el 7 de noviembre, en presencia del nuncio apostólico James Patrick Green, quien le ordena obispo poco más de un mes después, el 12 de diciembre, festividad de Nuestra Señora de Guadalupe, en la catedral de Santa María.
LAS PRIMERAS PALABRAS DEL PAPA LEÓN XIV AL MUNDO:
«¡La paz sea con todos vosotros!
Queridos hermanos y hermanas, este es el primer saludo del Cristo Resucitado, el buen pastor que dio su vida por el rebaño de Dios. Yo también desearía que este saludo de paz entrara en su corazón, llegara a sus familias, a todas las personas, dondequiera que estén, a todos los pueblos, a toda la tierra. ¡La paz sea con vosotros!
Esta es la paz del Cristo Resucitado, una paz desarmada y una paz desarmante, humilde y perseverante. Viene de Dios, Dios que nos ama a todos incondicionalmente. ¡Todavía guardamos en nuestros oídos esa voz débil pero siempre valiente del Papa Francisco que bendecía a Roma!
El Papa que bendecía a Roma dio su bendición al mundo, al mundo entero, esa mañana del día de Pascua. Permítanme dar seguimiento a esa misma bendición: ¡Dios nos quiere, Dios los ama a todos, y el mal no prevalecerá! Todos estamos en manos de Dios. Por lo tanto, sin miedo, unidos de la mano de Dios y entre nosotros seguimos adelante. Somos discípulos de Cristo. Cristo nos precede. El mundo necesita su luz. La humanidad necesita de Él como el puente para ser alcanzada por Dios y su amor. Ayúdennos ustedes también, luego unos a otros a construir puentes, con el diálogo, con el encuentro, uniéndonos a todos para ser un solo pueblo siempre en paz. ¡Gracias al Papa Francisco!
También quiero agradecer a todos los hermanos cardenales que me han elegido para ser el sucesor de Pedro y caminar junto a ustedes, como Iglesia unida buscando siempre la paz, la justicia, siempre tratando de trabajar como hombres y mujeres fieles a Jesucristo, sin miedo, para proclamar el Evangelio, para ser misioneros.
Soy un hijo de San Agustín, agustino, que dijo: «con vosotros soy cristiano y para vosotros obispo». En este sentido, todos podemos caminar juntos hacia esa patria que Dios nos ha preparado.
¡Saludo especial a la Iglesia de Roma! Debemos buscar juntos cómo ser una Iglesia misionera, una Iglesia que construye los puentes, el diálogo, siempre abierta a recibir como esta plaza con los brazos abiertos. Todos, todos los que necesitan nuestra caridad, nuestra presencia, diálogo y amor».