Ciudad de Guatemala 24 de enero de 2025. Catedral Metropolitana de Ciudad de Guatemala fue la sede del encuentro de oración por la unidad de los cristianos. Este 23 de enero animados por el Consejo Nacional de Iglesias, se reunió un buen número de lideres de Iglesias cristianas con comunidades y miembros que viven su fe en este pais centroamericano.
La Iglesia católica, en la participación de un buen número de obispos de la Conferencia Episcopal entre ellos, Monseñor Domingo Buezo , Obispo de Sololá, El Cardenal Alvaro Ramazzini, Obispo de Huehuetenángo, Monseñor Rosolino Bianchetti, Obispo emérito de Quiche, Monseñor Tulio Omar Perez, Y el Obispo Eddy Calvillo, Obispos auxiliares de Santiago de Guatemala; Monseñor Antonio Calderon, Obispo de Jutiapa, Monseñor Juan Cuá, Obispo de Quiché, Monseñor Miguel Angel Martínez de Izabal; el Obispo Cayetano Parra Novo de Santa Rosa, Monseñor Gonzalo de Villa, Arzobispo de la Arquidiocesis Santiago de Guatemala, Monseñor Rodolfo Valenzuela, Obispo de la Verapaz y Presidente de la CEG, con el Nuncio Apostólico, asistieron junto a otros obispos, pastores y pastoras de diversas Iglesias como la Iglesia Luterana, y la Iglesia Episcopaliana.
Al Iniciar la oración, uno de los representantes dijo: «La unidad es el nombre de la paz. Nuestras iglesias sufren división pero debemos lograr la comunión y la unidad. La unidad es el modo de servir al mundo. Somos una única humanidad a la luz del Evangelio. Nadie es extranjero. Las Iglesias están divididas y Cristo queda a un lado. Recemos por la unidad de los cristianos. Somos uno con el Padre.»
En la homilía de la oración ecuménica, que ustuvo a cargo Monseñor Gonzalo de Villa, Arzobispo de Santiago de Guatemala; enfatizó a la luz de los textos bíblicos leídos. Desde la primera lectura de Deuteronomio 5, 4-9 recordó: «Escucha Israél, escucha y no olvides. No olvides que Dios es el primero. Que El nos regala la fe y no debemos olvidar. Es el regalo de la fe el que nos llevaremos al irnos de este mundo.»
Sobre la segunda lectura 1Pedro, 1,3-9; desde el texto Monseñor Gonzalo de Villa presentó la frase que dice: «os alegrareis al recibir la salvación, meta de nuestra fe». La fe nos lleva a intervenir en los eventos en la medida de nuestra posibilidades.
En relación al Evangelio Jn 20,24-29 el obispo dijo: Tomás se ausentó cuando Jesús se aparecía. Hemos visto al Señor decían sus compañeros. Si no tengo pruebas no creeré decía Tomas y a nosotros nos pasa lo mismo. Si no vemos no creemos. Jesús da pruebas para creer, lo que hace que Tomás termine diciendo «Señor Mío y Dios mio». Jesús afirma dichosos los que creen sin haber visto. Nosotros creemos sin haber visto.