Yo soy el Pan de Vida Jn 6,48
Con motivo a celebrarse el Congreso Eucarístico Nacional que tiene lugar en todas las diocesis y Vicariatos de Guatemala del 10 al 14 de Julio del presente año, el episcopado guatemalteco en pleno emitió el mensaje titulado: Yo soy el Pan de vida de Jn 6, 48.
500 años de celebrarse la Eucaristía en tierras guatemaltecas.
Los obispos manifiestan su alegría por la realización del Congreso que se ha venido preparando y tiene su plena realización estos presentes dias: Los obispos dicen: Los obispos, con alegría y agradecimiento, nos dirigimos a toda la Iglesia en nuestro país al conmemorarse los 500 años de haberse iniciado la evangelización con la celebración de la primera misa en el actual territorio guatemalteco y haberse creado la primera doctrina o centro de evangelización en Quetzaltenango.
El Congreso se viene realizando y viviendo en cada iglesia particular, por eso el comunicado afirma: La ocasión ha permitido llevar a cabo las celebraciones que en cada arquidiócesis, diócesis y vicariato se han realizado durante el último mes y celebrar de modo nacional el día 13 de este mes de julio la clausura del congreso eucarístico nacional en Quetzaltenango.
El anuncio del Evangelio de Cristo muerto y resucitado ha dado sentido a nuestras vidas, afirman los obispos: Así también esta ocasión nos da la oportunidad para agradecer la llegada del anuncio de Cristo muerto y resucitado, el inicio de la evangelización en nuestro territorio que ha dado sentido a la vida de miles de creyentes. Desde entonces la presencia eucarística de Jesucristo y de su evangelio ha iluminado nuestras vidas, en medio del desarrollo de la historia de la Iglesia en Guatemala, que ha conocido momentos de crecimiento y esplendor como también momentos de acoso y persecución. El santo Hermano Pedro de San José Betancur descuella como fruto de la gracia y la caridad en la historia de la Iglesia en nuestro país y los mártires al derramar su sangre nos dieron la medida del valor de la fe que nos salva.
La conquista española tuvo un alto costo en muerte para los pueblos orginarios.
Conscientes del conocimiento de la historia de nuestro país, los obispos afirman que la Conquista española trajo muerte y destruccción contra el pueblo de Guatemala: Ciertamente la evangelización comenzó como parte de un acontecimiento cultural y político que impactó las sociedades ya existentes en estas tierras. El anuncio llegó de la mano de la conquista española que también tuvo un alto costo en muerte y sufrimiento para los pueblos originarios. Como dijimos en nuestra carta en 1992, esta es también oportunidad para reconocer las ambigüedades de la historia y seguir avanzando en la restauración de las heridas y desencuentros que se dieron y se dan aun actualmente. Desde los primeros evangelizadores hasta la fecha hemos de reconocer con honestidad que la Iglesia es al mismo tiempo santa y pecadora y que Cristo sigue sufriendo en el dolor de nuestros pueblos.
Aunque falta mucho para la reconciliacion en Guatemala, los obispos constantan la ayuda del Señor de la historia: A lo largo de 500 años la Iglesia en todas sus comunidades ha crecido y se ha expandido, la buena noticia de Jesús ha sido acogida por numerosos pueblos y nos ha hecho crecer en dignidad conscientes de esa vida divina que nos transmite y que no acaba con la muerte. Aún falta mucho para lograr la paz, la justicia y la reconciliación a las que el evangelio de Jesús nos invita. Confesamos que el Señor sigue presente en su Iglesia y nos ayuda.
Agradecimiento profundo por celebrarse la Eucaristía:
Finalmente los obispos agradecen a todos los sacerdotes el trabajo eclesial y pastoral de la celebración Eucarística en favor el pueblo de Dios: Como pastores agradecemos a Dios la fe de nuestro pueblo y la dedicación de los presbíteros en la celebración eucarística y en la vida de la Iglesia durante siglos. Nos comprometemos a seguir trabajando para que la vida que el Señor nos regala crezca y florezca entre nosotros. Agradecemos al Santo Padre Francisco el mensaje que nos ha enviado con esta ocasión.
En nombre de todos los obispos de la Conferencia Episcopal de Guatemala, firman el mensaje Monseñor Rodolfo Valenzuela Núñez, obispo de la Verapaz y Presidente de la Conferencia Episcopal de Guatemala y Monseñor Antonio Calderón Cruz, Obispo de Jutiapa y Secretario General de la CEG.
Lea aquí o descargue íntegro el Mensaje de la CEG; Yo soy el Pan de Vida Jn 66,48