Todos debemos apoyar las manifestaciones, es necesaria junto a la resistencia, la solidaridad sin titubeos.
Ciudad de Guatemala 08 de octubre de 2023. Este domingo se han cumplido 9 días del secuestro de las actas originales con los resultados electorales. El Ministerio Público en una acción disfrazada de acción jurídica, invadió las instalaciones del Tribunal Supremo Electoral, utilizando numerosos policías bajo el mando del Ministerio de Gobernación. En modo de asalto, y en claro ataque a la ciudadanía votante y a los Magistrados del TSE, el MP, ingresó en forma violenta y se llevó los archivos principales de la jornada electoral que estaban bajo la custodia de ese importante tribunal, como lo establece la Constitución de la República para asegurar la legitimidad de los procesos electorales.
Este hecho rebalsó la paciencia de los guatemaltecos que han dicho: ¡Basta ya! a tanta corrupción, y quieren fuera al Pacto de corruptos, encabezado por el Presidente Alejandro Giamattei y Miguel Martínez, a quien desde el inicio de su gobierno puso a dirigir el Centro de Gobierno.
Muchos analistas coinciden en que la persecución y los intentos de desmantelar el proceso electoral, tienen que ver con la exigencia que tienen como pacto de corruptos, de negociar para perpetuarse tras haber perdido las elecciones presidenciales.
Al no aceptarse negociaciones, los corruptos han tomado la consigna: “Si no gobernamos nosotros no hay gobierno;” y han emprendido las acciones que la ciudadanía ha visto sorprendida. Por eso muchos interpretaron que la “amable” transición del Presidente Alejandro Giamattei no era más que acciones que respondían al plan de lograr que el nuevo gobierno aceptara sus propuestas y pudieran continuar las mafias que han operado hasta ahora. Cabe aquí la frase del Papa Francisco: con el diablo no se dialoga.
Su plan consiste en perpetuarse. Sin embargo, como dijo una ciudadana “a la mente de Dios nadie la engaña y a su mano nadie la doblega”. Por eso sus planes fracasaron.
La llegada de Giamattei a la presidencia fue un asalto al Estado y a toda Guatemala. Por eso los presupuestos millonarios aprobados incluso en la pandemia y en las catástrofes. Por eso el clamor popular: “¿dónde está el dinero?”.
De las caletas (maletas llenas de dinero) y las talachas (cobros mafiosos a los familiares de los presos) en las cárceles; los corruptos saltaron a puestos que les garantizaran la administración del presupuesto del gasto nacional. Por eso son presupuestos cada vez más altos, pero desaparecen cuando ya estan aprobados como fondos públicos. Han sido, ha dicho un campesino: “sicarios, extorsionadores disfrazados de políticos”. Tenemos al crimen organizado en los puestos de gobierno.
Guatemala se ha resentido y la calidad de vida se deterioró. Los centros de administración financiera (dígase bancos y centro financieros) vinculados al CACIF, que cogobierna, se encargaron de someter a la gente mediante programas de fondos para créditos que se convirtieron en deudas esclavistas que tienen encadenada, a una gran parte de la población. Decir que el crimen organizado se convirtió en gobierno implica mirar a fondo la podredumbre.
Ante tanta corrupción, aunada a los esfuerzos de los corruptos por robarse las elecciones tras haberlas perdido, la población va despertando y sin caos y pacíficamente, está tomando el poder al que tiene derecho y que ya adquirió al salir a votar y expresar su voluntad.
El secuestro de las actas por parte del MP provocó la indignación. El sentir general es que los corruptos no solo roban el dinero público, sino que pudren el sistema de gobierno. Lo dijo en la homilía, el Obispo de Xela en la oración del Te Deum el 14 de septiembre por tarde: si no hay ni lo mínimo de ética, todo se pudre. Este es un gobierno sin ética.
El Cardenal Ramazzini y la CNR acertaron al describir la situación nacional en los comunicados, denunciando la descomposición de los tres poderes del Estado cooptados con maestría criminal por Giamattei.
Varias organizaciones civiles y la Convergencia Nacional de Resistencia, CNR con el Frente Ciudadano, han señalado la grave situación de cooptación y descomposición de los organismos del Estado: el ejecutivo, el legislativo y el sistema judicial.
Refiriéndose al ataque al sistema electoral, que los corruptos no lograron cooptar; el Frente Ciudadano, previo a las elecciones dijo en uno de sus comunicados: “La excesiva judicialización del proceso electoral que actores corruptos promueven, debe finalizar para garantizar el ejercicio libre del sufragio (…) La institucionalidad democrática está en peligro, el TSE debe garantizar un proceso confiable, transparente, legítimo y seguro, tal como lo faculta el mandato constitucional”.
“El intento del Ministerio Público amenaza la integridad del proceso electoral. El allanamiento a la sede del TSE, a las oficinas del partido Movimiento Semilla, los ataques, las sanciones penales y persecución contra el director del Registro de Ciudadanos del TSE, así como la orden judicial de capturar a la sub directora de ese Registro por negarse a ejecutar una orden ilegal, amenazan la democracia y burlan la voluntad de la ciudadanía.”
A estos hechos le siguen los ataques cometidos por parte del pacto de corruptos, “liderado por el mismo Presidente Giamattei”, así lo reiteran múltiples sectores de la sociedad. Los abruptos sobresaltos, son provocados, la mayoría de veces por la intransigencia, del “ambicioso niño Miguel Martínez”.
Las acciones directas de los ataques fueron encomendados a la Fiscal General, Consuelo Porras, al Fiscal de la Feci Rafaél Curruchiche, al Juez Orellana y a Cintia Monterroso que actuaron como una especie de comando de asalto al Tribunal Supremo Electoral.
El secuestro de las actas desbordó la paciencia ciudadana que intensificó las protestas pacíficas. Desde ese día, los pronunciamientos nacionales e internacionales no han cesado y con el paso de los días la tensión se incrementó.
Hay indignación y malestar generalizado de la ciudadanía y de los pueblos, así como de diversos sectores y de la comunidad internacional. Como fuego que se propaga y calienta en el frío; la población nacional se auto-convocó y se sigue auto-convocando. La decisión genética surgió de los 48 cantones de Totonicapán, encabezados por sus autoridades ancestrales quienes se instalaron en la sede central del Ministerio Publico, en ciudad de Guatemala para forzar la renuncia de los que protagonizaron el asalto al TSE secuestrando las actas para avanzar en la cometida del golpe de Estado.
En la secuencia de algunos de los hechos importantes: el pacto de corruptos, impidió la participación en las elecciones, de los partidos políticos que no se alineaban a sus intereses; entre ellos el MLP, Movimiento de Liberación de los Pueblos que postuló a Thelma Cabrera.
Posteriormente el pacto de corruptos, utilizó, según múltiples denuncias de la ciudadanía; dinero del Estado para la acción electoral y Miguel Martínez, que ocupó cargos que no eran de su competencia, se encargó de cohesionar incluso amenazando, las estructuras políticas, para alinearlas bajo su dominio y sus intereses.
El partido considerado sin posibilidad en la contienda, fue el Movimiento Semilla, que postuló a la Presidencia a Bernardo Arévalo y Karin Herrera.
La ciudadanía vio en Semilla, la única opción, participante en la contienda política, que podría enfrentar la corrupción que viene destruyendo al país.
Más de dos millones cuatrocientos mil votantes, dijeron basta ya al pacto de corruptos. Dicha decisión inteligente de la ciudadanía, quebró el plan de los corruptos, pero estos reaccionaron persiguiendo sin misericordia. Desataron ataques contra el Movimiento Semilla, contra diputados y binomio presidencial electo, contra las juntas electorales, y contra los digitadores que ingresaron los datos a la base electrónica. Posteriormente se atacó a la ciudadanía y se atacó abiertamente la jornada de elecciones Generales 2023.
Era el Estado corrupto de la dictadura que venía asesinando la democracia; contra el nuevo Estado emergente que ofrecía resucitar la primavera democrática. La guerra interna, fue el esfuerzo de aniquilar totalmente esa primavera incipiente a lo largo de más de siete décadas. Esta persecución tuvo su cumbre en los años de las masacres contra la población en la década de los años ochenta.
El obispo Juan Gerardi con el REMHI intentó abrirle camino a la verdad a través de la memoria del pueblo, investigar los hechos de la guerra y las posibilidades para reconstruir la Guatemala desbastada por el conflicto interno, pero también fue asesinado con crueldad.
Tras la sorpresiva votación de la ciudadanía guatemalteca, que con su voto dijo basta ya a la corrupción y a la impunidad; el pacto de corruptos utilizando el poder del Estado y el dinero público, desató un nuevo tipo de guerra, la guerra judicial contra el proceso electoral.
El plan general incluía el plan específico llamado plan Colosio para matar al binomio presidencial electo. Al ser descubierto el plan Colosio, se retomó el golpe de Estado que está en marcha y frente al que la población está diciendo basta. Hay razones fuertes y más que suficientes y justificadas que legitiman las protestas y el paro. Guatemala no debe rendirse.
El hecho que puso en alerta roja al país fue el secuestro de las actas originales de la jornada electoral clave. No solo se venía asesinando la democracia que “agonizaba”, sino que ahora, -dice la ciudadanía- intentan robarse las elecciones para consolidar la alianza de la corrupción y de los poderes criminales dándole el “tiro de muerte” a la nación.
Es por esto que Guatemala defiende su voto, defiende la agonizante democracia, defiende a su Estado para rescatarlo. Esta es la razón por la que la ciudadanía con los 48 cantones y los pueblos originarios a la cabeza, declaró el paro nacional indefinido.
Los corruptos desde la Corte de Constitucionalidad continúan la guerra judicial. El amparo dado al CACIF, autorizándole romper los bloqueos de carreteras y utilizar los antimotines contra la ciudadanía y las amenazas camufladas de Giamattei aduciendo ocuparse de los enfermos, cosa que no le interesa, incendió aún más la reacción en masa de la ciudadanía. La opinión pública general es que el gobierno actual ya no tiene fundamento para permanecer en el poder y debe cederlo inmediatamente el presidente electo Arévalo.
La Iglesia Católica desde la Conferencia Episcopal de Guatemala, emitió varios comunicados, iluminando, denunciando, exhortando y advirtiendo sobre la situación. Lo mismo hicieron varias diócesis del país, respaldando como legítimas las manifestaciones y la resistencia pacífica.
Barrios urbanos, aldeas, comunidades, colonias, residenciales, municipios, territorios geográficos, departamentales, universidades, órdenes y comunidades religiosas de la Iglesia católica, líderes y organizaciones civiles, escritores y periodistas, campesinos, mercados municipales, centros de comercio y numerosísimos sectores ciudadanos se han unido espontáneamente al paro nacional que tiene ya cobertura en todos los departamentos del país y crece cada día.
Junto a la resistencia pacífica es necesaria la solidaridad del pueblo hacia el pueblo.
El pacto de corruptos dijo un hermano sacerdote, con la ayuda de los medios de comunicación de las grandes cadenas comerciales de radios y sus canales tradicionales 3, 7, 11 y 13 hacen sus mejores esfuerzos, burlándose, engañando, mintiendo, confundiendo, atemorizando y persiguiendo a la ciudadanía para desesperarla.
Los golpistas señalados por la población se reafirman con posiciones de doble moral: “llaman bien al mal y al mal lo llaman bien”. Su posición es que ellos son la ley y esa ley debe someter a Guatemala.
Los manifestantes en zonas urbanas y rurales, soportan la lluvia, el frío, el hambre, el agotamiento al extremo, el sueño y el cansancio. Los empresarios dicen nosotros tenemos dinero y aguantamos el paro nacional por más largo que sea, los manifestantes son pobres y no van a aguantar. Pero la población resiste e insiste: los golpistas y corruptos deben renunciar y quedar fuera del gobierno. El voto, la soberana decisión del pueblo se defiende. Al pueblo se le respeta, Guatemala es digna y la corrupción con las bandas criminales enquistadas en el Estado deben caer. La democracia guatemalteca debe florecer. No se puede negociar ni dialogar con la corrupción. Esa es la consigna.
En las manifestaciones hay Profesionales, amas de casa, abogados, músicos, periodistas, comerciantes, sacerdotes católicos, gente de medios de comunicación, religiosos, filósofos, cantantes, líderes campesinos, líderes comunitarios, lideresas, movimientos de mujeres y algunos (ciertamente muy pocos) maestros. El profesor Joviel Acebedo, asegura la opinión pública, se encargó de corromper al magisterio estatal y de asilenciar a los maestros que no se alinean.
Instituciones, algunas empresas, algunos sectores de transportistas, comunidades, estudiantes, universidades, se han unido al paro nacional indefinido. Migrantes desde Estados Unidos han enviado apoyo económico a algunos manifestantes que permanecen día y noche en la manifestación.
La adhesión a la manifestación crece. Entre las ultimas noticias resalta el comunicado de los más de 47 mil agentes de la Policía Nacional Civil que se declararon en desobediencia civil y se unieron la noche de este este sábado 7 de octubre al paro nacional y a la manifestación pacífica. Informaron que no obedecerán órdenes de funcionarios y que no reprimirán a la población. Algunas voces en el mismo tono, empiezan a levantarse dentro de la oficialidad del ejército, pero nada claro todavía. Guatemala es la que protesta y el ejército se debe al país. La corrupción no debe corroer al menos los niveles medios de esa importante institución.
Los estudiantes lo han dicho: todos somos el pueblo. Y el pueblo debe cuidar al pueblo. El sentir general dentro y fuera del país es unánime es necesario que crezca la verdadera solidaridad. Cada ciudadano está llamado a apoyar con creatividad. Los pueblos originarios son maestros en organización y a ellos les debemos las mejores lecciones. Las organizaciones del país deben proteger y defender a la gente en caso de posibles ataques de los corruptos. Guatemala debe sacar sus mejores capacidades.
El Himno Nacional, se canta en las calles. Se baila para enfrentar el frio. Se hacen plantones. Se levanta la frente con valor y se ondea la bandera nacional. Cada vez hay más gente. Que vayamos todos se dice. La sociedad civil ha votado y se debe defender la decisión. Guatemala debe avanzar: los corruptos deben irse fuera del gobierno.
Desde este medio recogiendo el clamor popular se exhorta a que la fuerza de la solidaridad haga que nadie pase hambre, que las empresas y comercios cuyos propietarios son gente de bien y no corruptos, hagan donaciones, que las entidades caritativas ejerzan su función. Que en las reuniones además de ser espacios de animación, alegría y baile, sean un espacio para valorar la cultura, para la formación ciudadana y política que refuerce el bien común y enorgullezca a Guatemala. Que se refuerce el ánimo de la gente, que nadie tenga miedo a los servidores del mal. Esta es la hora de Guatemala y el pacto de corruptos debe caer.