En torno a la fiesta se San Juan Maria Vianey, patrono de los sacerdotes del mundo, la Iglesia guatemalteca realiza anualmente el encuentro nacional de sacerdotes, al que asisten de todas las diocesis y ordenes religiosas del país. El tema central para este año es «La sinodalidad entre sacerdotes y laicos.»Las conferencias centrales que son dos o tres cada día, estan a cargo del Padre Leonardo di Carlo, sacerdote de la Arquidiocesis de Mendoza en Argentina. El Padre Di Carlo trabaja en la pastoral sacerdotal del CELAM.
El encuentro tiene como objetivo: promover el espíritu de camino sinodal al que nos invita Papa Francisco desde la perspectiva de comunidad presbiteral y laica, para fomentar la fraternidad y el cuidado de los presbíteros desde la propia diócesis.
San Juan Maria Vianey es el Santo Patrono de los sacerdotes, y su fiesta se celebra el 4 de agosto de cada año. También es llamado el Santo Cura de Ars. Ars era hace muchos años una comunidad campesina de Francia. El Cura de Ars, por su sencilléz, espiritualidad y amor a Dios y al projimo, lleno de fe, sirvió de manera especial en el servicio del sacramento de la confesión a los fieles de la parroquia. Convirtíendose así en el santo sacerdote hermano de la comunidad campesina.
El encuentro de los sacerdotes del país permite saludar a los hermanos y amigos de antaño, del tiempo de estudios en el Seminario, ellos proceden de las distintas regiones de Guatemala. Contiguo al Santuario, se encuentra el Seminario Mayor Nacional de la Asunción lugar de formación de abundantes generaciones de sacerdotes que atienden en las distintas parroquias, capellanías comunidades y lugares de servicio pastoral a los hermanos en la fe. Guatemala, es un país multicultural y los sacedotes de distintas edades proceden de diversas comunidades y familias y hablan el idioma de la comunidad. Hay experiencias profundas de inculturación de acuerdo al caminar de la Iglesia después del Concilio Vaticano II, con el que el Papa Juan XXIII, abrió una enorme ventana al soplo del Espíritu en la Iglesia.
Guatemala es una Iglesia martirial.
Guatemala es una tierra de mártires, cuyas llagas similares a las de Cristo se palpan en toda la población guatemalteca de distintas maneras y cuyos testimonios resuenan de generación en generación. Muchisimos laicos, cristianos, hombres mujeres y niños padecieron por la causa de Cristo las mismas condiciones de la cruz: «pues nadie tiene amor mas grande que quien da la vida por sus amigos» (Jn. 15,13)
En dicha carta los obispos expresaron: «Nos alegramos por esta nube de testigos (Hb 12, 1) que abrazaron la cruz de Cristo y lo siguieron con total entrega hasta dar la vida por la causa del Reino de Dios. La causa por la que mandaron crucificar al Nazareno hace dos mil años en el cerro del Calvario, después de un sumario juicio, que los evangelistas nos muestran injusto. Ese signo sigue siendo la causa que ha motivado la valentía de muchos hermanos nuestros para seguir a Jesús hasta la cruz. No hacemos apología del sufrimiento; sencillamente queremos dar gracias a Dios porque a pesar de los años tristes de persecución contra nuestra Iglesia, muchos de sus fieles, sobre todo laicos, recibieron la gracia, que sólo Dios, Padre lleno de bondad, nos puede dar: ser fieles a la misión que Jesús confió a su Iglesia.«
El Papa Juan Pablo II, en una de las visitas a Guatamala dijo a los obispos y a los cristianos: «no olviden a sus mártires». Posteriormente la Conferencia Episcopal en pleno entregó al Papa un primer documento con nombres y testimonios que abrieron el camino a los porcesos de beatificación. Guatemala cuenta ya con un buen número de Beatos que interceden por ella.
La misma carta pastoral del episcopado recuerda: Durante la Visita ad Limina que los Obispos de Guatemala realizamos al Sucesor de Pedro, el Papa Francisco, en mayo del año 2017, no dejamos de recordarle la memoria de los mártires. Pudimos también comprobar con qué respeto y consideración, la Congregación está interesada en llevar adelante la causa de los testigos de la fe de nuestra Iglesia, Guatemala. Esta preocupación de la Iglesia de Roma, que nos preside en la fe y la caridad, por la causa de nuestros mártires, nos ha llenado de gozo y profunda gratitud.
Hay en Guatemlala una letanía de Beatos mártires.
Los obispos hacen un recuento histórico del listado de testigos mártires ya beatificados que resplandecen como luces en la noche oscura que al páis aún le toca vivir por la complicada coyuntura política y realidad nacional que se vive. Los obispos dicen que:»La Arquidiócesis de Guatemala sigue el proceso del muy querido P. Hermógenes López Coarchita, asesinado en Los Cerritos, aldea de San Luis, el 30 de junio de 1978, siendo párroco de San José Pinula; somos testigos presenciales de la veneración que goza en muchas parroquias y en el clero guatemalteco. También está introducida la causa del fraile franciscano P. Augusto Ramírez Monasterio, párroco de la iglesia de san Francisco el Grande de La Antigua. Varios sectores del clero y del episcopado guatemalteco y centroamericano, así como numerosos laicos, preguntan por la introducción de la causa de nuestro gran obispo, mártir de la paz y la verdad, defensor de los derechos humanos, Monse- ñor Juan José Gerardi Conedera.
De la diócesis mártir de Quiché, la lista de catequistas, directivos de la Acción Católica y Misioneros del Sagrado Corazón, se llevan en Roma los procesos de siete laicos: Domingo Del Barrio Batz, Tomás Ramírez Caba, Reyes Us Hernández, Rosalío Benito, Nicolás Castro, Miguel Tiu Imul, Juan Barrera Méndez y tres Misioneros del Sagrado Corazón: José María Gran Cirera, Faustino Villanueva Villanueva, Juan Alonzo Fernández. Su testimonio en medio de una Iglesia perseguida a la que se quiso borrar del mapa, esun estímulo constante de nuestra fe y misión.
A la vez los obispos dicen que: Existen también otras causas de catequistas y misioneros que están a punto de iniciarse en su fase diocesana. Pidamos para que todos estos procesos ayuden a nuestra Iglesia a promover la santidad y el amor a Jesucristo en nuestra tierra y mantenerse siempre fiel a las enseñanzas de su Evangelio. El día 7 de noviembre del año 2018 el papa Francisco fir- mó el decreto por el cual se reconoce el martirio del hermano de La Salle, Santiago Miller que murió mártir sirviendo a los jóvenes en Huehuetenango, y próximamente se establecerá el lugar y fecha de su beatificación. Este acontecimiento llena de alegría y esperanza no sólo a la diócessis de Huehuetenango sino a toda la Iglesia en Guatemala.«
El encuentro nacional de sacerdotes es organizado por la Comisión de la Conferencia Episcopal que preside Monseñor victor Hugo Palma, Obispo de Escuintla; encargada de este campo eclesial de la formación permanente, en la vida de la Iglesia del país. Presidió la Eucaristía del primer día, Monseñor Rodolfo Valenzuela Núñez, Obispo de la Verapaz y Presidente de la CEG. Este 01 de agosto preside por Monseñor Bernabé Sagastume Obispo de San Marcos y vicepresidente de la CEG. El 02 de agosto, ultimo día del encuentro por la mañana se tienen las conclusiones y la Misa de cierre será presidida por Monseñor Gonzálo de Villa, Arzobispo de Santiago de Guatemala.
Estos encuentros anuales son una gracia de Dios -expresó uno de los sacerdotes participantes- ya que nos permite un tiempo para la reflexión, la iluminacion que requerimos en nuestro caminar humano como cristianos y en nuestro servicio como sacerdotes del pueblo que peregrina en Guatemala. A la vez nos permite encontrar y saludar a los hermanos y fortalecer la fraternidad sacerdotal.